27.10.06

"Dune Messiah"

Acabo de leer la parte dos de la "sexalogia" de Frank Herbert. Me causa envidia que este tipo haya escrito lo que haya escrito y que yo apenas ande garabateando sentidos y significados, cada muerte de obispo. Pero mi novela es "mucho muy" distinta, porque está escrita de un modo particular. Herbert es más clásico en el modo de escribir, mientras que yo hago híbridos, porque de capítulo a capítulo puedo cambiar el género, incluso, hay un capítulo que consiste en una poesía y que expresa el sentimiento de un personaje respecto de otro.
Qué bien organizado está el mundo del desgraciado... se ve que lo tiene todo articulado muy bien, y te lo va tirando de a poco, para que vos lo mastiques solito. Eso me gusta, que no subestime al lector.

La historia que narra Dune Messiah es la continuación de la primera parte, cronológicamente. Pero se nota que tal vez es un libro de transición propiamente dicho, y que está pensado en referencia al anterior y al que le sigue, pero que en sí mismo, no tiene autonomía argumental.

De todos modos, hice lo peor que pude haber hecho, que es leer el segundo libro sin haber comprado el tercero, pero ahora tengo que esperar hasta noviembre para comprarme el tercero de la saga. La falta de recursos es lamentable, cuando condiciona a la cultura.

17.10.06

me caso

ésa es la noticia, que me caso el año que viene, en algún momento.

"Dune" de Frank Herbert

Recién hace unos días terminé de leer el primer libro de la ¿"Sexalogía"? ¿Cómo se llama a una serie de seis elementos? Ay, qué burra que soy...
Lo recomiendo ampliamente, al menos el primer libro, aunque leerlo me daba mucha sed, constantemente. Lo más gracioso es que es un libro que me prestó mi hermano Santiago, quien, cuando le comenté que me había gustado, me dijo, como caído de una palmera: "Ah... ¿sos vos la que lo tenés? Pensaba que lo había perdido."(1)
Es muy interesante, tiene muy buen ritmo el suspenso, y narrativamente está muy bien, tanto los temas que toca como el modo en que se llega al desenlace.
El que lee mi crítica puede decir tranquilamente que no dije absolutamente nada... y tendría razón. Lo que sucede es que practico el sagrado arte del palabrerío vano para cuando lo necesite.
Tendría que decir más cosas, como para justificar esta nueva entrada, pero no tengo demasiado que decir, estoy estudiando mucho y también escribiendo, pero en menor grado. Con mucha suerte voy a poder terminar mi novela dentro de tres o cuatro años. Hay demasiadas obligaciones previas, y yo soy encima muy perfeccionista con lo que escribo, me gusta que las cosas estén perfectas.

(1)Es inevitable que las personas que son tan desmemoriadas con los bienes muebles los pierdan cuando media mala fe del depositario. Aunque... no sé, creo que es un mutuo y no un depósito. Pero a los mutuarios se les aplicaban las leyes que gobiernan a los depositarios, creo, así que está bien. Podría estar inventando tranquilamente el contenido de este último párrafo, porque son todas extracciones de mi memoria, la cual puede ser inexacta al respecto; después de todo, hace muchos años que rendí Contratos.

6.10.06

hay una enorme cantidad de humo en la ciudad de Vientos

Podría contarlo todo, pero después habría innumerables repercusiones familiares. Pero sí tengo que decir que hay problemas en el paraíso, y que las palabras apresuradas de la juventud se pagan caro más tarde. El señor de la rocola me detuvo el otro día, para intentar venderme una leche de 8% de tenor graso, pero yo desconfié de él, porque nadie hoy en día produce esas leches. Al lado de él, estaba la dama peluda, y ella intentó descalificar mi gusto por la ropa con volados. ¡No, no! Le grité, desaforada. Nadie tiene derecho a decirte quién debés ser. Pero del mismo modo, dama peluda, usted tampoco tiene derecho a herir a los que tiene cerca porque es una inconformista patológica. Es curioso el modo en que los seres humanos se lastiman unos a otros, a veces sin saberlo, y otras, muy conscientemente. Hay edades psicópatas en la vida en las que uno hiere a sabiendas y con gozo a los demás, sólo para saber hasta dónde se puede llegar. Pero esa etapa exploratoria ya había empezado en la infancia, cuando te metías tierra en la boca y después la escupías... porque sinceramente, tiene un gusto horrible. Primero uno explora metiéndose todo en la boca, después pasa a otros actos de exploración, y cuando las hormonas bailan hip hop, uno se vuelve un psicópata de relaciones humanas. Literalmente, prueba todo. ¿Hasta dónde puedo llegar? ¿Cuánto molesta un palo en el orto? Ah, ojalá hubiera un modo más fácil de explorar. Tendríamos que instaurar ritos de paso más drásticos, como desnudar a los hormonales en el obelisco, y pegarles con cintas de cuero, y atarlos a carros de algarrobo para que los arrastren desde ahí a su casa. Y a partir de ese momento, tendríamos que tratarlos como adultos, y dejar de soportar sus psicopatías recurrentes. ¿Viene un hormonal a hacerse el vivo? Lo frenás en seco, porque ya hizo su rito correspondiente. Y después de ese rito de paso, ¡a laburar! Nada de andar explorando, señorita peluda. Se le acabó lo que se daba, usted es adulta. Tiene cicatrices incorruptibles que así lo atestiguan.

5.10.06

un poco de abandono no les vino mal

Perdón por no haber escrito nada... aunque no sé a quién le pido perdón. ¿Qué persona anda leyendo esto que yo escribo? Locos hay en todos lados, pero realmente, conseguir un lector fiel de blogs sí que constituye una seria dificultad.

El motivo real por el cual no he escrito nada es que he sido requerida al 100% por un señor que resulta ser mi novio y "prometido", al decir del Caco. Jeje, desde que llegó de las Uropas, estuve pasando mucho tiempo con él, y teniendo "el día más feliz de mi vida", según Mollo, durante varios días (Mollo no soy yo, aunque ése sea mi apellido. Curioso, ¿no? Pero así se le dice al primo de Milton, supuestamente porque toca la guitarra de un modo parecido a Ricardo Mollo).

En otra oportunidad escribiré algo realmente trascendente e importante, o terriblemente trivial. Ya veremos en qué ánimos estoy la próxima.

Hasta luego, zoquetes.