16.3.07

fragmento de mi libro

El viento es fuerte hoy. Qué curioso: parece un día de invierno cuando en realidad estamos en verano. En mi ventana, de golpe puedo apreciar el azote de su crueldad.

Debería irme pronto de aquí. Ya he empezado a ver fantasmas donde no los hay. Y mi sistema digestivo, siempre notorio, decide pasar a entregarme otro oloroso souvenir de mi gastroenteritis.

Quién pudiera ser una bestia, un ser humano sin remordimientos ni conciencia, un ser instintivo y astuto cazador. Saldría a acecharlos, con sus camperas y pantalones largos, y me daría un festín únicamente con los que no solamente son bellos sino que además se ven bien. ¿Quién quiere ser visto junto a una víctima del mal gusto? Nadie. Pero no necesitaba esa respuesta: era una de esas preguntas retóricas que me gusta presentar, nada más que a efectos dramáticos.

Sus malas acciones se propagan, e invaden todos los espacios libres de inmundicia que quedaban en el mundo antes de que llegaran ellos. No se conforman con ser vulgares: deben contagiar al mundo que los rodea, porque de otro modo, siempre quedaría alguien libre de su mal gusto para enjuiciarlos.

3 comentarios:

Diego dijo...

Hola! Felicidades por recibirte de abogada... Un colega... (te visité hace unas semanas en tu blog, a ver si activo el mío pronto)

Unknown dijo...

Gracias, muchas gracias, colega. No sabía que eras abogado. No lo hubiera sospechado nunca. Pero los abogados somos tan poco clasificables... está el cuervo propiamente dicho, que tiene el alma negra, renegrida, y el abogado que es artista o soñador, y que terminó estudiando derecho Dios-sabe-por-qué, y también hay abogados que en el fondo son asesinos de la espontaneidad. Yo obviamente, pertenezco a la clase 2. Espero que reactives tu blog, me divierte mucho.

Diego dijo...

Medio lo reactivé... Estaré por tu país la semana que viene (visitando a mi hermano, también abogado, que cursa estudios de postgrado)... luego te cuento que tal me va..